lunes, 7 de diciembre de 2015

DE UN ESCRITO SOBRE LA RELACIÓN CON LA CREACIÓN

DE UN ESCRITO SOBRE LA RELACIÓN CON LA CREACIÓN


Todas las criaturas han sido creadas para el hombre, para mí. ¡Qué variedad! ¡Qué cantidad! ¡Y qué útiles! Y en sí mismas que perfectas.

Cuantas criaturas contribuyen a mi alimentación, mi vestido, a mi recreo, y yo debo usarlas libre y alegremente agradecida a la Providencia paternal de Dios en cuanto me ayuden a subir a Él.

Si tengo el corazón recto y la intención pura ninguna detendrá mi vuelo hacia Dios, todas serán impulso y empuje para mi santificación. Que hermoso el “crezcamos con todo” de san Pablo y que fácil es a quien ha lanzado a Dios su corazón. Pasa la vida usando todas las cosas para subir a Dios, y en ninguna se detiene para gozarla por sí misma.

Hay criaturas que nos ayudan a ir a Dios absteniéndonos de ellas, como son todas las que pueden llevar al pecado, y otras que otras que pudiendo usarlas sin ofensa de Dios, podemos sacrificárselas para mayor gloria suya y provecho nuestro.

Que feliz el alma que dominando todas sus tendencias, todos sus deseos, sabe ir usando en la vida y haciendo escalón de cada una de ellas para subir al Señor.


Todas las criaturas han sido creadas para glorificar a Dios primero, y para servir al hombre después. Todas, personas, animales, cosas, acontecimientos, virtudes, sacramentos, incluso la santidad. Primero siempre todo para gloria de Dios.

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